PICOR O PRURITO CRÓNICO SIN LESIONES EVIDENTES
Autores Drs Juan Bargés Pijiula, Marta Pujiula y Josep M Casanova Seuma
-El picor se define como aquella sensación que provoca el deseo de rascarse. Tiene un gran componente subjetivo ya que puede percibirse como una molestia ligera o insoportable y el rascado que ocasiona puede originar excoriaciones, pápulas excoriadas (prúrigo simple) e incluso nódulos ulcerados (prúrigo nodular). Cuando es crónico puede causar ansiedad o depresión. Suele estar provocado por dermatosis (eczema atópico o de contacto, urticaria, picaduras, liquen plano, etc.) y su tratamiento será el de la propia dermatosis. En caso de no observarse ninguna dermatosis, si es persistente, de predominio nocturno, cada vez más intenso y se extiende a los convivientes, lo primero a descartar es una sarna. Se caracteriza por la presencia de surcos queratósicos de 3-5 mm entre los dedos de las manos y en las muñecas, costras por rascado (excoriaciones) generalizadas y lesiones similares a picaduras en los genitales (nódulos escabióticos). También pueden causar prurito crónico, enfermedades internas como la insuficiencia renal crónica, la insuficiencia hepática o los linfomas, por lo general suficientemente avanzadas para que el paciente sea conocedor de ellas (picor secundario) pero, en muchas ocasiones, existe un trasfondo psicológico, de ansiedad o depresión (picor psicógeno). En personas de edad avanzada, la causa del prurito suele ser la xerosis o piel seca. Más rara vez el prurito crónico está relacionado con la polimedicación o con enfermedades del sistema nervioso central o periférico (picor neuropático) e incluso existen casos que no se pueden relacionar con ninguna de las entidades anteriores por lo que se habla de etiología desconocida o prurito idiopático.